Posicionamiento en lo que concierne la situación de las becarias SENER sin extensión o sin cambio de grado y las respuestas políticas del CONACYT, de los afectados, de nuestra asociación y de otras involucradas

Desde que en 2019 surgió el Comité de becarias Carlos Pellicer Cámara para combatir el rechazo de más de 400 extensiones de beca de doctorado en el extranjero por parte del CONACYT, varias becarias nos hemos mantenido en pie de lucha, buscando vínculos con otros científicas precarias en México y en el extranjero para defender nuestros derechos y promover el desarrollo de la ciencia en beneficio de la humanidad. 

Como parte de esas actividades, hemos apoyado a becarias quienes enfrentaban distintos problemas de acoso y maltrato académico. También hemos organizado seminarios para ayudar en el proceso de redacción de la tesis y hemos estado al pendiente del apoyo a los becarios durante la pandemia, siguiendo su situación y velando por su bienestar. En ese sentido realizamos dos sondeos anónimos sobre el impacto de la pandemia que compartimos con el CONACYT. Igualmente nos solidarizamos con los becarios post-doc cuya extensión fue rechazada por un criterio de evaluación arbitrario. 

A pesar de que las becarias de 2019 estamos en una situación de precariedad al terminar nuestros doctorados y no tener plazas, nos hemos mantenido juntas e intentamos a apoyar a quienes nos piden apoyo, dentro de nuestra capacidad humana y durante nuestro tiempo libre. 

En lo que concierne a las becarias CONACYT de convocatorias nacionales y estatales, hemos visto que las becarias en el extranjero que pidieron extensión fueron apoyadas en prácticamente en todos los casos, por lo que no hubo necesidad de enfrentarnos de nuevo con el CONACYT. Sin embargo, a principios de año detectamos que había algunos problemas con las extensiones y los cambios de grado de las becarias CONACYT-SENER, que se rigen bajo convenios distintos y cuyo presupuesto no viene del CONACYT. También lamentamos que el CONACYT haya reducido las nuevas becas al extranjero y que las limite a áreas médicas, nos parece una decisión equivocada, pero en este momento no tenemos los recursos para oponernos de lleno a esa medida, que además puede justificarse extraordinariamente hasta cierto punto por la incertidumbre de la crisis sanitaria. 

Nos indignó y seguimos reprobando que el CONACYT responda a las solicitudes de las becarias SENER con la excusa de que el comité dictaminador no tiene pensado reunirse por lo que no pueden dar respuesta a sus solicitudes. Esta práctica es totalmente impresentable e ignoramos su motivación. Quizás sea porque saben que bajo criterios legales si se analiza la solicitud y cumple con las formalidades no puede ser rechazada, o quizás no quieren asumir el costo político de rechazarlas. No obstante, nos parece que, si las becarias afectadas hubieran seguido la misma estrategia que nosotros en 2019, ya habrían podido resolver su situación. Y aún en este momento nos parece que tiene posibilidades de que el CONACYT recapacite. 

A pesar nuestro, hemos sido mantenidos a distancia en este caso (más allá de una entrevista en Reforma en mayo y otra en MVS hace algunas semanas) porque las becarias afectadas así lo han decidido, queriendo decidir unilateralmente su estrategia (están en su pleno derecho de no aprovechar nuestra experiencia). Si la mayoría de las entrevistas se han concentrado en el tema, lamentamos que hayan acudido a medios de comunicación dirigidos por personas que incurrieron en montajes que resultaron en graves violaciones de los derechos humanos de personas cuyo derecho a un juicio justo fue atropellado.

Nosotras estamos abiertas al diálogo y estamos en plena solidaridad con las becarias que luchan por la mejora de la situación de las científicas mexicanas, siempre pensando en que la ciencia con consciencia tendrá un impacto positivo en el desarrollo de nuestro país. Nos da mucho gusto que el secretario Arturo Herrera se haya comprometido a resolver el tema de las becarias antes de dejar su cargo y esperamos que toda la comunidad de movilice para que así sea.

Por otro lado, aprovechamos para recalcar que otras organizaciones que se han acercado a las becarias están integradas por personas que en 2019 prefirieron luchar por su interés personal y mantener un financiamiento del CONACYT para su evento anual en vez de luchar por los derechos de todas las becarias. Cabe resaltar que entre esas dirigentes que reciben dinero del CONACYT para organizar un evento en el extranjero hay personas cuyo interés va más allá de la situación de la ciencia en México, y están en plena oposición al gobierno en turno. Para nosotras es un verdadero misterio por qué el CONACYT prefiere rechazar 42 solicitudes de extensión y cambio de grado que están siendo instrumentalizadas por opositoras al gobierno para desacreditar el actuar del ejecutivo en su conjunto. 

Hacemos un llamado a las becarias afectadas para que nos busquen, para que sustenten y denuncien el impacto del desentendimiento del CONACYT en sus solicitudes, y que se desvinculen de grupos con conflictos de interés patentes y que además tienen objetivos partidarios incompatibles con la defensa de los derechos de las becarias en aras del desarrollo del país. Por último, exhortamos al CONACYT a que atienda las solicitudes de las becarias y las apruebe cuando cumplan con los requisitos del reglamento y pensando en sus derechos humanos, incluyendo el derecho humano a la ciencia. 

De no resolverse esta situación en beneficio de la sociedad y de acuerdo a derecho, proponemos un diálogo público en el que las becarias y el CONACYT puedan exponer sus perspectivas y llegar a una solución.

Atentamente, 

El Comité de becarias Carlos Pellicer Cámara. 

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